La invasión francesa obligó a las diferentes corrientes ideológicas a tomar partido frente a la presencia francesa y a la nueva monarquía napoleónica. Una minoría de españoles, a los que se conoce como afrancesados, y entre los que se hallaban intelectuales, altos funcionarios y una parte de la nobleza, colaboraron con la monarquía de José I.
El grueso de la población española formó lo que se conoce como el frente patriótico, es decir, los que se opusieron a la invasión. La mayor parte del clero y la nobleza deseaban la vuelta al absolutismo bajo la monarquía de Fernando VII. Algunos ilustrados creían que con la vuelta de Fernando VII se podría emprender un programa de reformas y la modernización del país dentro de los cauces del Antiguo Régimen. Finalmente, los liberales (burgueses, profesionales…) veían en la guerra la oportunidad de realizar un cambio en el sistema político. Era la ocasión para implantar en España un sistema político liberal.
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