martes, 20 de octubre de 2009

HIS TEMA II part1 Restauración del Absolutismo e intentos liberales durante el reinado de Fernando VII

1. La Restauración del absolutismo (1841 - 1820)



Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar el nuevo orden constitucional. Por ello dispusieron que viajara directamente a Madrid para jurar la Constitución y aceptar el nuevo marco político. Fernando VII temió enfrentarse a quiénes que durante seis años habían resistido al invasor y acató sus condiciones. Se organizaron rápidamente para demandar la restauración del absolutismo( Manifiesto de los Persas) y movilizó al pueblo para que mostrase su adhesión incondicional al monarca. Fernando VII seguro ya de la debilidad del sector liberal, traicionó sus promesas y, mediante el Real Decreto de 4 de mayo de 1814, anuló la Constitución y las leyes de Cádiz y anunció la vuelta al absolutismo. Inmediatamente fueron detenidos o asesinados los principales dirigentes liberales, mientras otros huyeron hacia el exilio.

La monarquía procedió a la restauración de todas las antiguas instituciones del régimen señorial y de la Inquisición. Era una vuelta al Antiguo Régimen, en un contexto internacional determinado por la derrota de Napoleón y el restablecimiento del viejo orden en Europa, con el congreso de Viena y la creación de la Santa Alianza, que garantizaba la defensa del absolutismo y el derecho de intervención en cualquier país para frenar el avance del liberalismo.

Por un lado, los elevadas pérdidas humanas( entre 255000 y 375000 muertos) y materiales arruinaron al campesinado y significaron la paralización del comercio y de la producción manufacturera. Por otro lado, la Hacienda Real entró en bancarrota por la falta de recursos económicos, muy especialmente debido a la guerra en las colonias americanas exigió enormes gastos militares y además impidió la llegada de nuevos ingresos.

El campesinado había dejado de pagar las rentas señoriales y las protestas se sucedían ante la pretensión de volver a imponer los viejos tributos; la libertad de fabricación y de mercado había permitido el desarrollo de empresas y negocios más allá de la rígida reglamentación gremial y gran parte de la burguesía urbana reclamaba la vuelta al régimen constitucional. Por último, la integración de jefes de la guerrilla en el ejército originó un sector liberal, partidario de reformas, que protagonizaría en el futuro numerosos pronunciamientos. Pronunciamientos militares liberales, algaradas en las ciudades y amotinamientos campesinos evidenciaron el descontento y la quiebra de la monarquía absoluta. La represión fue la única respuesta de la monarquía a las demandas políticas y sociales.

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