3. La internacionalización de la Guerra Civil y ayuda exterior
La opinión democrática progresista mundial, la URSS y los partidos obreros de todo el mundo apoyaron a la República. Por el contrario, las fuerzas conservadoras de las democracias (Francia y Gran Bretaña), los gobiernos fascistas (Italia y Alemania), el Papado y el régimen portugués filofascista de Oliveira Salazar apoyaron a Franco. Gran Bretaña le comunicó a Francia que si ayudaba a la República no apoyaría su política internacional ante la amenaza de Hitler. Francia se plegó a estas exigencias y creó en agosto de 1936 un Comité de No Intervención, con sede en Londres. A este Comité se adhirieron 27 países. A pesar de la existencia de este Comité, ambos bandos recibieron ayuda del exterior. La República le compró armas a la Unión Soviética. Las tropas de las brigadas internacionales ayudaron a la República. Alemania e Italia ayudaron a los sublevados en el tema armamentístico y una serie de voluntarios portugueses e irlandeses afines al fascismo o de ideología católico-conservadora combatieron en su defensa.
III. Evolución de “Las Dos Españas”
1. La zona republicana
1.1. El derrumbe del Estado republicano
Para acabar con la sublevación, José Giral, entregó armas a las milicias de los partidos y sindicatos, disolvió el ejército tradicional y los cuerpos policiales y decretó la creación de batallones de voluntarios. En 1936, surgieron consejos, comités y juntas que se ocupaban de organizar las columnas de voluntarios para el frente, del orden público, de la economía, etc.
1.2. El desencadenamiento de la revolución social
La revolución social se produjo en Julio de 1936, como consecuencia de la colectivización de gran parte de la propiedad industrial y agraria. Los comités, formados por partidos y sindicatos obreros, se hicieron con el control de los transportes, los servicios urbanos, los suministros militares, las fábricas y los talleres. En Aragón, Valencia y Andalucía se expropiaron y ocuparon fincas de forma masiva. La Iglesia, la burguesía los propietarios y las clases acomodadas fueron intensamente perseguidas y tuvieron lugar asesinatos, detenciones ilegales en las cárceles ilegales (checas), saqueos e incendios de iglesias y conventos y requisas de bienes y propiedades particulares. Esta serie de acciones fueron llevabas a cabo por el sector más radical del anarcosindicalismo (CNT-FAI) y del POUM.
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