miércoles, 24 de marzo de 2010

HIS TEMA VIII part 2 El Sistema de la Restauración


2. La vida política y la alternancia en el poder.
El funcionamiento del sistema político diseñado por Cánovas requería la existencia de dos grandes partidos dinásticos que se alternasen en el poder. Este turno de partidos se cumplió escrupulosamente hasta finales del siglo XIX, cuando la crisis de 1898 puso en jaque al sistema.

2.1 Los partidos dinásticos.
El Partido Liberal-Conservador aglutinaba a los grupos políticos más conservadores (a excepción de los carlistas y los integristas) acabó llamándose simplemente Partido Conservador. El proyecto bipartidista de Cánovas requería otro partido de carácter más progresista, la llamada izquierda dinástica, y él mismo propuso a Sagasta su formación. De un acuerdo entre progresistas, unionistas y algunos republicanos moderados nació el Partido Liberal-Fusionista, más tarde conocido como Partido Liberal.
Los conservadores se mostraban más proclives al inmovilismo político, proponían un sufragio censitario y la defensa de la Iglesia y del orden social. Los liberales defendían el sufragio universal masculino y estaban más inclinados a un reformismo social de carácter más progresista y laico. Pero, en la práctica, la actuación de ambos en el poder no difería en lo esencial.
La alternancia regular en el poder entre estas dos grandes opciones dinásticas (turno pacífico) tenía como objetivo asegurar la estabilidad institucional.

2.2 Falseamiento electoral y caciquismo.
Una vez acordada la alternancia en el turno y a qué partido correspondía formar un nuevo gobierno. Se seguían los siguientes pasos:
a.             El rey nombraba un nuevo jefe de Gobierno y le otorgaba el decreto de disolución de Cortes.
b.            El nuevo gobierno convocaba unas elecciones completamente adulteradas. El Ministerio de Gobernación “fabricaba” los resultados electorales mediante la asignación de escaños en cada circunscripción electoral (encasillado) y enviaba esa lista a los gobernadores civiles o directamente a los propios caciques. Los candidatos que no eran de la circunscripción misma se llamaban “cuneros”.
c.             Los gobernadores civiles de cada provincia eran informados por el ministro de Gobernación de los resultados que “debían” salir en sus provincias siguiendo el encasillado. Éstos, a su vez, transmitían la lista de los candidatos “ministeriales” a los alcaldes y caciques y todo el aparato administrativo se ponía a su servicio para garantizar su elección.
d.            Los caciques, siguiendo las instrucciones del gobernador civil, amañaban las elecciones, consiguiendo los resultados esperados.
El sistema del turno pacífico pudo mantenerse durante más de veinte años gracias a la corrupción electoral y a la utilización de la influencia y poder económico de determinados individuos sobre la sociedad (caciques). El caciquismo fue un fenómeno que se dio en toda España, aunque alcanzó su máximo desarrollo en Andalucía, Galicia y Castilla.
Los caciques eran personas notables, sobre todo del medio rural, a menudo ricos propietarios que daban trabajo a jornaleros y que tenían una gran influencia en la vida local, tanto en lo social como en lo político.

Los caciques manipularon las elecciones continuamente de acuerdo con las autoridades, especialmente los gobernadores civiles de las provincias. El conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la sistemática adulteración de los resultados electorales se conoce como pucherazo. Para conseguir la elección del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo –incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas-, manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos, amenazar al electorado con coacciones de todo tipo e incluso emplear la violencia ara atemorizar a los contrarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario