martes, 23 de marzo de 2010

HIS TEMA XII part 1Andalucia y el movimiento politico-cultural regionalista: Blas Infante


1.       El proyecto andalucista.

En los años 80 del siglo XX apareció lo que algunos autores han denominado “el primer descubrimiento consciente de la identidad andaluza”. Sus protagonistas fueron un grupo de intelectuales –los llamados folcloristas.

En torno al año 1886, este impulso intelectual se agotó, aunque dejó tras de sí un importante legado cultural. El ateneo de Sevilla o la obra de Joaquín Guichot, el cual, publicó la primera Historia General de Andalucía.

El desastre del 98 no sólo favoreció la expansión de los nacionalismos, sino también el desarrollo de los movimientos regeneracionistas. Tomando conciencia de la situación dependiente y periférica de Andalucía, los andalucistas, liderado por Blas Infante; pretendían convertirse en un movimiento interclasista para salvar a Andalucía de su miseria política, económica, social y cultural. El andalucismo tenía como objetivo prioritario la liberación de la región, pero no de España, sino de la pobreza y el atraso, lo que era lo mismo que decir del cacique y del latifundio.

Las fuentes ideológicas del movimiento andalucista resultaban indudables. A ellas se sumaron la influencia republicana federalista y del georgismo, una doctrina económica difundida por el economista norteamericano Henry George y que aportó al movimiento su programa económico.

2.      Etapas del andalucismo histórico.

Durante el primer tercio del siglo XX, el andalucismo se desarrolló en tres fases:

  • Andalucismo culturalista (1907-1915): Tuvo como protagonista al ateneo de Sevilla, tuvo como cauces de expresión la revista Bética y el diario El Liberal y las opiniones de intelectuales como José María Izquierdo, Blas Infante, etc.
  •  Andalucismo regionalista/nacionalista (1915-1919 hasta 1930): Los hechos más destacados son: La celebración de la Asamblea de Ronda (1918), donde se definieron los símbolos de Andalucía.
  •  Andalucismo liberalista (1931-1936): Con la llegada de la Segunda República, Blas Infante y sus seguidores radicalizaron su postura sobre la reforma agraria. Su objetivo primordial se centró en la obtención de un Estatuto de Autonomía para Andalucía. El mayor exponente de las dificultades que planteaba en esos años el tema autonómico, lo representó la Asamblea de Córdoba de enero de 1933.No obstante, la llegada de la derecha al poder desde finales de ese año paralizó las iniciativas a




    utonómicas hasta la primavera de 1936. Tras el golpe de Estado, con Sevilla en manos de los militares, Blas Infante fue fusilado 


3.      Las limitaciones del movimiento andalucista.

Son varias las circunstancias que explican el escaso desarrollo del andalucismo antes de la Guerra Civil. Entre ellas cabe destacar la fuerza que siempre habían tenido los localismos y los prejuicios interprovinciales.


Sin embargo, el movimiento andalucista no culminó con éxito porque falló en algo clave: la falta de concienciación del pueblo andaluz, su escasa voluntad diferenciadora y el reducido apoyo social que acompañó en aquellos años a los defensores del andalucismo. Todo esto estuvo acompañado de una información mal circulada y por una serie de prioridades en contra de los desfavorecidos.

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