miércoles, 24 de marzo de 2010

HIS TEMA XII part 3 La crisis de 1917

2.3. La derecha antiliberal: el carlismo. 

En los inicios del siglo XX, el carlismo mantuvo su presencia y sus bases. La disputa más importante se produjo a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando un sector del partido, se manifestó y uno de sus principales hombres, Juan Vázquez de Mella, abandonó la militancia y fundó el Partido Tradicionalista. Asimismo, el Partido Católico Nacional o Integrista, una escisión carlista, se manifestaba ajeno a las formas de gobierno, pero su visión extremadamente conservadora le situaba cerca de los grupos monárquico-conservadores.
Tanto integristas como carlistas aceptaron la participación electoral y siempre dispusieron de representación en el Parlamento. Con la llegada de la República en 1931, los tres grupos (carlistas, integristas y tradicionalistas) consiguieron reunificarse en un solo partido que se llamaría Comunión Tradicionalista.
2.4. La oposición obrera.

  • El partido y el sindicato socialista. Al comenzar el siglo XX, el PSOE era todavía una fuerza relativamente pequeña, pero con sólidas bases que le permitieron un progresivo crecimiento. En 1905, el PSOE obtuvo concejales en Madrid y, en 1910, Pablo Iglesias consiguió un acta de disuado. Así, en el Instituto de Reformas Sociales siempre participaron los socialistas, entre los que destacó Francisco Largo Caballero, que en 1918 llegaría al cargo de secretario general de la UGT. La vinculación entre el PSOE y la UGT era muy estrecha, y sus principales dirigentes fueron, en muchas ocasiones, militantes de ambas formaciones. Sus nuevos dirigentes se mostraron claramente partidarios del parlamentarismo y de una práctica política reformista y moderada. Algunos militantes del socialismo se escidieron del PSOE, fundando el Partido Comunista de España (PCE). 
  • Los anarcosindicalistas: la CNT. En 1907, Solidaridad Obrera, una asociación de trabajadores de carácter apolítico, reivindicativo y favorable a la lucha revolucionaria contó con prensa propia, y también impulsó la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La CNT se definía como revolucionaria y presentaba una ideología basada en tres presupuestos básicos: la independencia del proletariado con respecto a la burguesía y a sus instituciones (el Estado), por lo que se declaraba totalmente apolítica; la necesidad de la unidad sindical de los trabajadores, y la voluntad de derribar al capitalismo. Se tomaron importantes acuerdos, como la creación de los Sindicatos Únicos de Industria, se reafirmó el apoliticismo y la necesidad de la negociación directa entre obreros y patronos, sin intervención de fuerzas políticas o de representantes del Estado.
3. De la Semana Trágica a la huelga revolucionaria (1909-1917).
   3.1. El conflicto colonial de Marruecos. 
A partir de 1900, España consolidó su penetración en el norte de África. La Conferencia de Algeciras (1906) y el posterior Tratado hispanofrancés establecieron un protectorado francoespañol en la zona de Marruecos. A España le correspondió el territorio de El Rif. 
La presidencia española en esta área estuvo contestada por los continuos ataques de rifeños, organizados en cabilas. En 1909, los rifeños infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo.

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